domingo, 8 de marzo de 2015

La Bóveda de la Cámara de los Esposos



La camara de los esposos está situada en el primer piso del torreón norte del Catello San Giorgio en el Palacio Ducal de Mantua, Italia. La obra duró casi diez años, comenzaron en 1465 y terminaron en 1474, como se puede ver en la placa dedicatoria a los marqueses en la pared occidental de la habitación.

Las intenciones políticas de este proyecto estaban muy claras: mostrar el prestigio, el poder y las importantes relaciones de Matua. Se dice que, también tenía el papel de influenciar eventos, como la búsqueda de un buen casamiento para las hijas del marqués.
 
En el centro de la bóveda pinta un gran óculo abierto como si la estancia tuviera una entrada de luz vertical. En dicho óculo, todo en una perspectiva vertical perfectamente conseguida, dispone una balaustrada desde donde una serie de puttis o ángeles infantiles juegan en distintas actitudes, e incluso algunos de ellos han introducido su cabeza por algunos de los huecos que forman dicha balaustrada. Otro de los aspectos curioso es que aparecen diez personajes asomándose, dos de ellos hablan entre sí pero los otros tres miran directamente  hacia el centro de la habitación, hacia el espectador que se encuentra en la sala, produciéndose una comunicación ilusoria pero directa entre lo real y ficticio. Igualmente un pavo real y una maceta en perspectiva vertical le sirve para decorar dicha balaustrada. 



Encontramos a dos de ellos, a la derecha del pavo real, que habiendo sacado sus cabecitas por los huecos de la barandilla se han atascado y lloran con miedo. Un grupo de jovencitas mira con coquetería al espectador situado en el suelo y le muestran un peine, indicando que se hallaban en sus tareas de aseo cotidiano. Alrededor del óculo, Mantegna finge una decoración de ajedrezado, muy apreciado por los artistas renacentistas por las dificultades en la proyección geométrica que implica, y una guirnalda de flores y apetitosas frutas. La técnica delicada y casi miniaturista le permite conseguir efectos muy difíciles de obtener con la técnica del fresco, el dibujo poderoso y de gran calidad como en toda la obra de Mantegna.




 En su techo y en sus muros, Mantegna plasmó una verdadera galería de retratos (de perfil, de tres cuartos o de frente al espectador), en la que todos los personajes están perfectamente caracterizados: la familia de Ludovico Gonzaga, el hombre que convirtió al artista de Padua en el retratista oficial de su corte; los cortesanos; los servidores y todos los demás asiduos de la vida palaciega, el popio Mantegna incluído.